Para Marga Muñoz, vicepresidenta del Colegio de Farmacéuticos de A Coruña, hay una serie de cosas básicas que deberíamos saber de los medicamentos que nos llevamos a casa.
A saber:
- Qué es (por ejemplo, un antibiótico).
- Para qué sirve (para la infección de garganta, para la tensión arterial, etc).
- Qué hay que tomar (una pastilla con el desayuno, comida y cena, por ejemplo).
- Durante cuánto tiempo hay que seguir el tratamiento.
Dice que nadie debería salir de la farmacia sin esos cuatro datos, aunque muchos de ellos están disponibles en las cajas de los medicamentos, esas cajas a las que les hacemos casi tan poco caso como a los prospectos que los acompañan y que siempre están en el lado por el que las abres.
En ¿Qué pone la caja de pastillas? hay una completa e interesante guía de interpretación de estas cajas realizada por Sara Carreira y Manuela Mariño.
Esta infografía y las palabras de la señora Muñoz me recordaron al proyecto Prospecto de medicamento «fácil de entender» de la empresa Jobaccomodation.
Prospecto simulado de Ibuprofeno 600
Su objetivo es desarrollar prospectos fáciles de entender, para lo que se basan «en una organización de la información clara y limpia y en numerosas ayudas visuales para la comprensión del prospecto, como el resaltado de los diferentes apartados o el empleo de iconos y pictogramas que ayuden a localizar la información e interpretar el contenido.»