Por @Wicho — 31 de octubre de 2016

Uno de los problemas de la ciencia en la actualidad es que vive bajo la presión del «publica o perece», un esquema de cosas en el que vales tanto como los artículos que publicas.

Esto lleva a que a menudo los estudios estén mal diseñados con tal de conseguir hacer algo diferente a los demás, no vaya a ser que te pisen la idea; a que haya muy pocos científicos que se dediquen a intentar replicar los resultados publicados por otros, algo fundamental para poder comprobar la validez de esos resultados, ya que eso es perder el tiempo de cara a hacer currículum; o a que no se publiquen resultados negativos, a pesar de que de los errores y de los resultados negativos también se aprende…

Por no hablar de que la publicación de estos artículos casi ha dejado de ser una forma de comunicarse ya que muchos científicos tienden a guardarse sus cartas pegadas al pecho; eso también hace que muchos científicos no quieran divulgar.

Revisión por pares según PHD
Un poco de humor: la revisión por pares, versión PHD

Por eso Lucas Sánchez, también conocido como @Sonicando, propone en esta charla darle la vuelta al sistema y que en lugar de esperar a publicar resultados se publiquen ideas.

Ideas bien pensadas para una investigación que serían presentadas a los comités pertinentes con una serie de hitos a cumplir. De esta forma argumenta que hasta se podría –se debería– contar para que tanto el público, que a fin de cuentas es quien paga las investigaciones con los impuestos, como otros científicos pudieran colaborar de tal forma que si ya tienen hecho alguno de los pasos planteados a priori en esa investigación puedan colaborar. También facilitaría la publicación de resultados negativos.

Sería un sistema en el que volviéramos a valorar la curiosidad, a la transparencia, en el que se usaran los recursos de la mejor manera.

Me recuerda mucho a una conversación de sobremesa en la que varias personas que gestionan fondos públicos se quejaban de la cantidad de papeleo y trabajo a priori supone conseguir fondos para cualquier cosa y de lo encorsetado que queda su posible uso. ¿Por qué no trabajar por objetivos, decía uno de los ponentes, rindiendo cuentas al final del proceso?

No es nada fácil, ya que el sistema lleva muchos años funcionando así, pero es una idea a tener muy en cuenta.

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