Por Nacho Palou — 15 de enero de 2015

Petricor es el nombre que recibe el “olor a lluvia”, y su composición es compleja; es la suma de decenas de sustancias, incluyendo la geosmina producida por las bacterias que hay en la tierra.

La teoría es que la caída de las gotas de lluvia en el suelo libera esas sustancias produciendo el petricor. Pero hasta ahora no se había indagado en el cómo de ese proceso de liberación.

Ahora investigadores de MIT creen haber averiguado —e incluso visualizado— cómo es ese proceso de liberación utilizando cámaras de alta velocidad según explican en High-speed imaging captures raindrops releasing clouds of aerosols on impact

Las imágenes obtenidas muestran un proceso que hasta ahora no se había detectado: conforme las gotas de agua golpean el suelo ésta se aplasta; el aire atrapado bajo la gota de agua produce burbujas que atraviesan la gota de agua y estallan al alcanzar la superficie. Dependiendo de la velocidad de la gota de agua y de las propiedades del suelo el proceso puede provocar la proyección de una nube de aerosoles, lanzando al aire cientos de partículas diminutas en cuestión de microsegundos.

En las imágenes grabadas de gotas cayendo sobre distintas superficies se puede apreciar cómo tras el impacto de la gota se produce esa nube de aerosol a su alrededor. Ese aerosol con sustancias que hay en la superficie golpeada por la gota es el que los investigadores creen causa el olor a lluvia.

Un aspecto por el que es importante entender ese mecanismo de dispersión es que también puede servir como vía de propagación e incluso de transmisión de microorganismos y enfermedades como la bacteria E. coli.

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