Este reloj de agua del Museo de los Niños de Indianápolis tiene ocho metros de altura y muestra la hora rellenando poco a poco con 260 litros de agua coloreada unas vasijas numeradas. Consta de un «mecanismo de relojería» líquido, construido tras miles de cálculos relativos a los tamaños y formas de las vasijas y las conducciones que transportan el agua. Para que el reloj se conserve mejor, el líquido contiene también algo de alcohol metílico además del colorante, de modo que no se formen hongos. Curiosamente sólo tiene 58 marcadores de minutos en vez de 60, porque los dos minutos que faltan los emplea el agua en volver a llegar arriba mediante una bomba impulsora. Lleva funcionando desde 1989.
(Vía Information aesthetics.)
Actualización: Halsito nos dice por correo que en un centro comercial de Andorra hay uno exactamente igual, lo cual puede quedar más cerca de Indianápolis para muchos, por si alguien tiene curiosidad por verlo en persona. Casualmente el Camara Bakunin también lo ha visto y lo cuenta con fotos, más datos y muchos enlaces.