Wired publica hoy un artículo en el que comenta las reacciones que está desencadenando Brian Feeney -el líder de The GoldenPalace.com Space Project: Powered by the da Vinci Project- con su anuncio de que piensan llevar a cabo su primer lanzamiento para hacerse con el Ansari X Prize el próximo 2 de octubre, aunque aún tiene que recibir permiso de las autoridades pertinentes para poder realizar el lanzamiento.
Para algunos -y aquí ya hemos expresado esa misma opinión- las simulaciones por ordenador en las que Feeney deposita tanta confianza no son suficientes como para poder afrontar ese lanzamiento con un mínimo de garantías de éxito.
En este campo está Ted Llewellyn, un científico de la Universidad de Saskatchewan que ya ha hecho más de 130 lanzamientos de cohetes y que opina que
Los modelos por ordenador pueden ser maravillosos, no hay duda. Pero cuando te metes en nuevas áreas, realmente necesitas pruebas experimentales de que las cosas funcionan.Feeney, quien no quiere hablar de las pruebas que están haciendo para no dar pistas a su competencia, insiste por su parte en que lo importante es crear un nuevo paradigma que haga más sencillo, rápido y barato desarrollar naves espaciales tripuladas, y que eso en realidad es el objetivo del Ansari X Prize. En su opinión
La gente está, perdón por la expresión, meando contra el viento.Peter Diamandis, fundador y presidente de la X Prize Foundation, argumenta que en los últimos 40 años el coste de viajar al espacio no ha cambiado -o que incluso ha subido- y que eso quiere decir que hay que hacer las cosas de otro modo. Ese otro modo de hacer las cosas puede incluir
(…) ideas que al público o al status quo le pueden parecer peligrosas o sin sentido.Pero añade que aunque defiende
(…) el derecho de los exploradores, incluso hoy en día, a arriesgar sus vidas por aquello en lo que creen, éstos no tienen derecho a arriesgar las vidas de los que los rodean.Mark Lewis, investigador aeroespacial de la Universidad de Maryland, hace referencia a la historia de la aviación, en la que durante la década de los 50
(…) los pilotos de pruebas morían a diestro y siniestro para probar nuevas ideas.El problema, lógicamente, es encontrar el punto de equilibrio entre el riesgo que estás dispuesto a correr y los beneficios que previsiblemente obtendrás.