Aunque lleva desde marzo a bordo de la Estación Espacial Internacional, cuando el Discovery lo llevó allí en su última misión, no fue sino hasta esta semana cuando los ingenieros que lo controlan le enviaron los primeros comandos a Robonaut 2 para que empezara a moverse.
R2 es un proyecto conjunto de la NASA y General Motors que se utilizará como plataforma de estudio para ver en qué forma un robot puede ser de ayuda a los astronautas, y de hecho si tiene forma humanoide –al menos de cintura para arriba– es para que pueda utilizar las mismas herramientas que estos.
No es, de todos modos, un robot en el sentido al que nos tiene acostumbrados la ciencia ficción, ya que no es autónomo en absoluto, aunque sí es uno de los robots más diestros jamás construidos, gracias, entre otras cosas, a los aproximadamente 350 sensores que incorpora.
Se le puede seguir su cuenta en Twitter, @AstroRobonaut, en la que no sólo cuenta sus cosas sino que responde a las preguntas que se le hacen.