Hielo en la superficie de 67P - ESA/Rosetta/VIRTIS/INAF-IAPS/OBS DE PARIS-LESIA/DLR; M.C. De Sanctis et al (2015); Comet: ESA/Rosetta/NavCam – CC BY-SA IGO 3.0
El equipo de científicos del instrumento VIRTIS (Espectrómetro Térmico en el Visible y en el Infrarrojo) de la sonda Rosetta ha identificado una región del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko en la que hielo de agua aparece en la superficie de forma sincronizada a la rotación del cometa.
Los datos sugieren que cuando una zona del cometa recibe luz del sol y por lo tanto se calienta el hielo de agua y otros elementos volátiles como el dióxido de carbono se subliman –se convierten directamente en vapor de agua– pasando a formar parte de la coma y la cola del cometa.
Cuando esta zona deja de recibir luz del Sol la superficie se enfría de nuevo con rapidez y se congela, pero las capas inferiores tardan algo más en hacerlo, así que el vapor de agua sigue fluyendo hasta la superficie, donde se congela debido a que esta está fría, lo que repone la capa de hielo superficial, que al «día» siguiente vuelve a sublimarse y a dejar que de nuevo salgan gases del núcleo.
Ciclo del agua en 67P - ESA/Rosetta/VIRTIS/INAF-IAPS/OBS DE PARIS-LESIA/DLR; M.C. De Sanctis et al (2015); Comet: ESA/Rosetta/NavCam – CC BY-SA IGO 3.0
Este mecanismo de formación de la coma y la cola de 67P no es una sorpresa, pues los científicos ya sospechaban que sucedía algo de este estilo, pero es la primera vez que se observa in situ, tal y como se puede leer en Rosetta desvela el ciclo del agua en el cometa.
El proceso es más activo cuanto más cerca está el cometa del Sol y va perdiendo fuerza según se aleja de este.
De todos modos, a pesar de que los científicos hablan del ciclo del agua en el cometa hay una importante diferencia con el ciclo del agua en la Tierra: en nuestro planeta el agua cambia de estado pero siempre se mantiene dentro del ciclo; en el caso de un cometa parte del agua y los volátiles que se evaporan se pierden en el espacio, por lo que este terminará por quedarse seco.
Estudiar los mecanismos que regulan la actividad y las emisiones del cometa es uno de los objetivos de la misión Rosetta, así que se puede apuntar otra marca más en su lista de éxitos y una cosa más a la lista de lo que hemos aprendido gracias a ella.