Por @Alvy — 26 de diciembre de 2016

Todo el mundo ha oído hablar del ruido blanco, que suele asociarse con los (antiguos) canales de televisión o radio analógicos en los que no había emisión y los receptores simplemente chisporroteaban al azar. También se da en otros fenómenos físicos, electrónicos y mecánicos que emiten sonido.

Pero en realidad hay diversos ruidos de color: señales aleatorias que clasificamos según la densidad espectral, algo similar a las longitudes de onda del espectro visible (colores). De ahí que se pueda hablar de ruido blanco, ruido rosa, ruido marrón, ruido gris, ruido rojo, ruido violeta y algunos otros. Y todos son parecidos… Pero distintos.

El vídeo muestra tres de los más conocidos (en la página de la Wikipedia hay más). En general no cambia tanto su volumen (potencia) sino cómo está distribuida; podría decirse que es más similar al timbre (tono) del sonido. En el ruido blanco el espectro es plano; la potencia en la banda de 40-60 Hz es igual que la de la banda 4800-4820 Hz, por ejemplo. En el ruido rosa la densidad de potencia decae 3 dB por octava y en el ruido gris es una curva que hace que se perciba a nuestros oídos con la misma intensidad aparente, aunque realmente sea distinta.

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