Un Atlas V lanzando el satélite espía NROL-67
Era sólo una cuestión de tiempo que después de que los Estados Unidos anunciaran la suspensión de la mayoría de sus actividades conjuntas con Rusia en lo que se refiere a programas espaciales a causa de la crisis de Ucrania esta hiciera algo parecido.
Así que no es de extrañar que el vicepresidente Dmitry Rogozin se haya despachado a gusto, empezando por sugerir que igual los Estados Unidos tendrían que empezar a pensar en usar un trampolín para colocar a sus astronautas en órbita, pues ahora mismo la NASA depende por completo de las Soyuz rusas para esto.
Además Rusia ha decidido también dejar de vender motores RD-180, los que se usan en la primera etapa del Atlas V, a ULA, la empresa que fabrica este lanzador, salvo que sea para lanzamientos civiles.
Esto no tendría efectos inmediatos, ya que ULA dispone de un cierto stock de RD-180, pero no hay que olvidar que tanto la futura cápsula tripulada de Boeing, la CST-100, como la Dream Chaser de Sierra Nevada están diseñadas para ser lanzadas por un Atlas V, con lo que en un momento dado la escasez de motores podría suponer un problema para que los Estados Unidos pudieran realizar lanzamientos tripulados por cuenta propia.
Eso sí, la CST-100 está diseñada para ser compatible con otros lanzadores, así que se podrían apañar; Space X, por su parte, usa su propio lanzador, así que no se verá afectada por este problema.
Por otro lado, Rogozin ha dicho que a menos que los Estados Unidos les deje instalar estaciones base en su territorio para el sistema Glonass, el GPS ruso, algo a lo que hasta ahora se han negado basándose en un tecnicismo, Rusia cerrará las estaciones base GPS que están en territorio ruso.
Estas estaciones sirven para que el sistema sea más preciso, y hay que tener en cuenta que la negativa de los EEUU es anterior a la crisis de Crimea, sólo que Rogozin debe estar aprovechando la jugada para, ya por el mismo precio, apretar un poco las clavijas a la administración Obama; de hecho ha dicho que si antes del 31 de mayo los Estados Unidos dan el visto bueno a la instalación de las estaciones base Glonass no pasará nada con las GPS que están en Rusia.
Finalmente, Rogozin ha dicho que Rusia se abstendrá de apuntarse a la iniciativa de prolongar la vida útil de la Estación Espacial Internacional más allá de 2020, tal y como proponen los Estados Unidos, aunque en su momento ya había dicho que sí, recordando además a quien quiera oírle que el segmento ruso de la EEI puede funcionar por su cuenta…
Solo que esto en realidad no será así hasta que se le acople el eternamente aplazado módulo Nauka, el módulo de conexiones UM, y los todavía más retrasados módulos energéticos NEM que en efecto permitirían al segmento ruso ser independiente del segmento estadounidense a la hora de generar electricidad.
Impresión artística de Nauka, el UM, y los paneles solares
Así que en realidad todo parece un poco de bocarranismo por parte de Rogozin y que en realidad no pasará nada, aunque no deja de ser una lástima que la política embarre un campo en el que la colaboración internacional es ejemplar desde hace años.