Sally Ride en la cabina del Challenger durante su primera misión en junio de 1983 - NASA
Veterana de las misiones STS-7 y STS-41-G, miembro de las comisiones que estudiaron los accidentes del Challenger y del Columbia, y miembro también del comité Augustine que estudió el futuro de la NASA a instancias del presidente Obama, Sally Ride moría ayer víctima de un cáncer de páncreas.
Fue también la primera astronauta estadounidense, algo a lo que ella siempre quiso que no se le hubiera dado la importancia que se le dio, la primera de más de cincuenta que volarían al espacio tras ella, y con 32 años al salir en su primera misión, era también el astronauta más joven de la NASA, marca que aún poseía en el momento de su muerte.
Después de dejar la NASA se dedicó a dar clases de física en la Universidad de California en San Diego, aunque nunca dejó de colaborar con la agencia en proyectos como la EarthKAM de la Estación Espacial Internacional, que lleva su nombre, y la MoonKAM de las sondas GRAIL.
También fundó una empresa, Sally Ride Science, dedicada a crear materiales de ciencia para estudiantes de los últimos cursos de primaria y de instituto, con un particular énfasis en las niñas.
De hecho, según dice Steve Hawley, su ex marido, ella consideraba esto como uno de sus grandes logros, y haber tenido la oportunidad de hacer esto era lo que más agradecía de su carrera en la NASA y su fama como astronauta:
Sally Ride, la astronauta y la persona, permitió que muchas niñas de todo el mundo crean que pueden conseguir lo que quieran si estudian y trabajan duro. Creo que estaría encantada con esa herencia.
Buen vuelo, Sally.