Por @Wicho — 20 de octubre de 2016

Separación del paracaídas

Los periodistas presentes en la rueda de prensa al respecto han tenido que sacárselo con sacacorchos en la sesión de preguntas, pero al final la los representantes de la Agencia Espacial Europea presentes han tenido que reconocer que no saben aún si Schiaparelli está de una pieza o no sobre la superficie de Marte.

La rueda de prensa comenzó con Jan Woerner, el director general de la ESA, hablando de lo bien que había salido la inserción en órbita de la Trace Gas Orbiter, lo que era una señal inconfundible de que las cosas con Schiaparelli no habían salido bien porque eso era lo que todo el mundo ansiaba saber.

Al empezar a hablar del descenso de Schiaparelli insistió mucho en que se trataba de una misión de prueba y que el TGO había grabado todos los datos de este y que esos datos estaban ya en tierra, lo que, de nuevo según él, es todo un éxito.

Andrea Accomazo dio algunos datos desde un punto de vista más técnico.

Por lo visto el descenso de Schiaparelli fue según lo previsto durante la fase en la que estaba protegido por el escudo térmico. Sabemos también que el radar estaba activado, con lo que la separación del escudo debe haberse producido correctamente. Y por lo visto todo siguió yendo según lo previsto justo hasta el momento en el que se separó el paracaídas, separación que parece haberse producido antes de lo esperado.

Secuencia de aterrizaje de Schiaparelli
Secuencia de aterrizaje de Schiaparelli – clic para ver en grande – ESA

Según lo planeado al producirse la separación Schiaparelli tenía que estar a 32 segundos del aterrizaje a una altura de 1,2 kilómetros y a una velocidad de 240 kilómetros por hora, momento en el que un conjunto de retropropulsores tenía que haber frenado al aterrizador hasta dejarlo a 2 metros del suelo y a una velocidad de 4 km/h un segundo antes de la toma.

Pero por algún motivo aún sin determinar los propulsores apenas funcionaron 3 o 4 segundos en lugar de los aproximadamente 30 segundos previstos y además la ESA aún no ha podido confirmar ni si se dispararon todos ni si lo hicieron con la potencia prevista.

Con los pocos datos que ha dado la ESA –ellos mismos dicen estar analizándolos– no podemos saber a ciencia cierta qué ha pasado después de que se perdiera la comunicación con Schiaparelli, unos 50 segundos antes del momento previsto para el aterrizaje. Pero podemos jugar a especular sin pretender ser exhaustivos:

  • Los motores se apagaron antes de tiempo y Schiaparelli se estampó contra Marte a más velocidad de la que podía soportar, aunque esto no cuadra mucho con la pérdida de señal.
  • Sólo funcionaron algunos de los motores y Schaiparelli perdió estabilidad y volcó antes de estrellarse contra Marte boca arriba o medio de lado; esto es más consistente con la pérdida de señal.
  • Si el paracaídas se desprendió antes de lo previsto podría ser que haya frenado a Schiaparelli menos de lo que tenía que haberlo hecho y que este fuera demasiado rápido en el momento de encenderse los motores, que no habrían tenido tiempo de frenarlo. De nuevo, tortazo contra Marte a más velocidad de lo previsto y pérdida de señal antes de lo previsto.
  • Etc…

Lo que ha quedado meridianamente claro es que desde que se cortaron las comunicaciones durante el descenso Schiaparelli no ha vuelto a establecer contacto con ninguno de los orbitadores con los que estaba programado para hacerlo.

Así que ahora queda, como decíamos antes, terminar de analizar los datos para que la ESA pueda decirnos qué pasó realmente y así incorporar las lecciones aprendidas al diseño del aterrizaje del rover ExoMars 2020, que para eso se hacen pruebas.

Y en ese sentido quizás cabe decir que Schiaparelli funcionó como estaba previsto, transmitiendo al TGO todos los datos de su descenso…

Pero si envías un demostrador tecnológico a aterrizar en Marte como primer paso de una futura misión el éxito habría sido que hubiera aterrizado correctamente; el fallo de Schiaparelli, aunque nos permita aprender cosas, siembra serias dudas sobre el método de aterrizaje del rover ExoMars 2020 y, de hecho, sobre la misión en sí.

De ahí el enorme interés por hacer control de daños en la rueda de prensa de esta mañana.

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