Por @Wicho — 29 de octubre de 2015

Impresión artística de la Voyager 1
Impresión artística de la Voyager 1

Lanzada en 1977, el objetivo de la sonda Voyager 1 era estudiar Júpiter, Saturno, y Titán, unos objetivos para los que tenía que durar aproximadamente tres años y tres meses.

La Voyager 1 pasó al lado de Júpiter el 5 de marzo de 1979, al lado de Saturno el 12 de noviembre de 1980, tras haber realizado su máxima aproximación a Titán antes de pasar por Saturno.

Pero dado que no llevaba combustible suficiente como para pararse al llegar a Saturno, la Voyager 1 siguió su viaje hacia el exterior del sistema solar, del que, según como lo mires, ha salido ya varias veces.

Y sigue activa aún hoy en día.

Así, una sonda que tenía que durar algo más de tres años lleva, a finales de octubre de 2015, en activo algo más de 38 años y un mes, mucho más de lo que nadie hubiera esperado jamás, aunque de sus once instrumentos cuatro ya no están en servicio porque no sirven de nada en el espacio profundo, y otros dos están estropeados.

Curiosamente el que la Voyager 1 haya durado tanto es en cierto modo problema para la NASA, pues entre personal que se ha ido retirado y personal que ha muerto se ha ido quedando sin gente que realmente la conozca en profundidad, algo agravado por las pérdidas de documentos causadas por las sucesivas mudanzas del equipo de la misión de una instalación a otra; por esto a menudo nadie tiene ni idea de por qué algunas cosas se hicieron del modo que se hicieron.

Larry Zottarelli y Nichelle Nichols
Nichelle Nichols, más conocida como la teniente Uhura, entregó en 2007 a Larry Zottarelli una placa de reconocimiento por sus 30 años de servicio en el proyecto Voyager – CNN Money

La última crisis en este sentido es que estos días se va a retirar por segunda vez, con 80 años cumplidos, Larry Zottarelli, el último de los ingenieros del equipo original que queda en activo, quien a los 77 volvió de su retiro para realizar unas modificaciones en el software que controla el grabador de datos de la Voyager 1, algo que nadie en la agencia se veía capaz de hacer, pues la Voyager 1 lleva a bordo un ordenador con tan solo 64 KB de memoria y trastear con él es algo extremadamente delicado, en especial si tienes en cuenta que si lo dejas colgado es un tanto complicado ir a apagarlo y encenderlo.

Durante el último año un joven ingeniero ha estado trabajando con Zottarelli para aprender todo lo que pueda de él para ocupar su sitio, pero para Suzy Dodd, la responsable actual de la Voyager 1, eso es una misión imposible.

No es la primera vez que la NASA se enfrenta a un problema similar a la hora de intentar recuperar información o de volver sobre sus pasos: el desarrollo del Space Launch System y de la cápsula tripulada Orión, en muchos aspectos muy similares al Saturno V y al módulo de comando de las misiones Apolo también se vio frenado en ocasiones porque nadie en la NASA recordaba ya cómo se hacían ciertas cosas que en los 70 habían sabido hacer.

Es fundamental documentar bien las cosas, y conservar esa documentación, algo que todos sabemos en teoría, pero en la práctica…

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