Por @Alvy — 28 de noviembre de 2012
Las condiciones de nuestra separación serán estas: lavarás, plancharás y ordenarás mi ropa; me traerás la comida regularmente tres veces al día a mi habitación; limpiarás mi cama y mi despacho y especialmente no tocarás nada de mi escritorio.

Aparte de eso olvídate de mantener relaciones personales -excepto por razones sociales- incluyendo sentarte o viajar conmigo. Además obedecerás estas reglas: no esperes relaciones íntimas ni me reproches nada al respecto; cállate la boca si te pido que lo hagas y sal de mi estudio inmediatamente en cuanto yo te lo diga.

Aparte de eso, no me menosprecies delante de los niños.

Es difícil pensar cómo podrían entenderse en nuestros días los términos de esta peculiar propuesta de acuerdo de separación de un matrimonio cualquiera. ¿El autor? Ni más ni menos que Albert Einstein, tras convivir once años con su mujer, Mileva Marić.

Curiosamente, hay quien sostiene -aunque a día de hoy en contra el consenso generalizado entre los científicos e historiadores, todo sea dicho- que Marić tuvo un papel relevante en algunos de los trabajos del Annus Mirabilis (1905) de Einstein, debido a sus grandes conocimientos de matemáticas. En realidad ella misma nunca reclamó ningún reconocimiento y por otro lado se divorció de Einstein definitivamente años después, en 1919.

La historia proviene del libro biográfico Einstein: His Life and Universe de Walter Isaacson.

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