Por @Alvy — 26 de diciembre de 2016

Rich manFaye Flam arroja algo de luz sobre una famosa cuestión que enlaza conceptos tan sutiles como la «inteligencia» y «el éxito económico», que suele enunciarse popularmente como: «si eres tan listo, ¿por qué no eres rico?» Este auténtico cierra-bocazas tiene algo de falaz, pero mucho más de trasfondo, y ahora la ciencia explica cómo puede analizarse con datos.

La cuestión no es trivial, y tiene mucho que ver con cómo se defina «ser listo», que la gente suele asociar con «ser inteligente», pasando de ahí a diversas formas de medir la inteligencia, como el famoso cociente intelectual. El «éxito», por otro lado suele medirse en términos económicos (que no de felicidad, plenitud en la vida u otro tipo), por lo que se acaba llegando a la conclusión, para nada correcta, de que «ser inteligente» implica lógicamente «ser rico».

La realidad de los datos es bien distinta: aunque la gente cree que las personas de mayor C.I. ganan más dinero (entre un 25 y un 50% más que la media) la influencia es mucho más pequeña, del orden de un 1 o 2%, algo apenas apreciable.

Por otro lado en la vida real hay factores como la infravalorada suerte y otro muy relevante: la personalidad, que hace que factores como la diligencia, la perseverancia y la autodisciplina influyan mucho más que la pura inteligencia en cuanto a los resultados económicos del individuo. Por no hablar de todo tipo de conductas, actitudes, adicciones o trastornos que pueden influir en diversas épocas del desarrollo.

Según han calculado, el desempeño en la vida podría incluso estar más relacionado con los resultados de los exámenes normales y corrientes en las diversas asignaturas y carreras que con el puro cociente intelectual.

Como ejemplos explican que algo muy típico es que alguien con un C.I. por debajo de 100 pero agradable y predispuesto a ayudar suele obtener más fácilmente un trabajo que alguien muy inteligente pero incapaz de comportarse en una entrevista (porque llegue tarde, se vista poco apropiadamente o sea descortés).

Podríamos decir que algunos de estos «factores negativos de la personalidad» se asocian a gente que «se sabe inteligente», pero aun así son incapaces de comportarse de forma socialmente adecuada, no pudiendo evitar pasar por la vida como auténticos capullos.

El artículo completo tiene algunos datos más para quienes quieran indagar en las investigaciones sobre esta curiosa cuestión: If You're So Smart, Why Aren't You Rich?.

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