Por @Alvy — 7 de julio de 2011

Hay que mirar fijamente al punto blanco del centro: se apreciará que los círculos cambian de color. Pero cuando comienzan a moverse y rotar, dejan de cambiar aunque en realidad siguen cambiando. Basta que se queden quietos de nuevo para verse de nuevo cambiantes. Es como si los cambios de color quedaran silenciados por el movimiento. El efecto se llama Silencing y está explicado por Jordan Suchow y George Alvarez, que han ganado el premio a la mejor ilusión óptica de 2011.

El efecto es similar al de este otro vídeo en el que hay que fijarse en el círculo rojo; los cambios que se producen en la cara del muñeco son significativos, pero sólo son apreciables cuando no se está siguiendo el círculo en movimiento. Definitivamente, ¡engañar a nuestro cerebro es más fácil de lo que parece!

(Vía MathPuzzle.)

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