El pasado 5 de mayo de 2015 se produjo una erupción solar que alcanzó un pico de potencia medido como X2,7 ya el 6 de mayo.
Las erupciones de categoría X son las más poderosas de todas, superando a las A, B, C, y M. Dentro de las de categoría X una X2 es el doble de potente que una X1, una X3 el triple que una X1, y así hasta X9, la categoría más alta; entre clases cada una es diez veces más potente que la anterior.
El Solar Dynamics Observatory, que está permanentemente mirando al Sol, la pilló en distintas longitudes de onda, que se pueden ver en el vídeo de arriba; cada longitud de onda se corresponde con una zona o proceso distinto dentro del Sol.
La del 5-6 de mayo llega a saturar en algunos momentos los sensores del SDO, pero no es especialmente potente: en agosto de 2001 hubo una X7, por ejemplo.
Pero lo que es difícil de comprender al ver el video es el tamaño de estas erupciones, así que aquí va la Tierra a la misma escala:
Hay más imágenes en NASA's SDO Observes a Cinco de Mayo Solar Flare.
De todas formas, no hemos de preocuparnos: el campo magnético de la Tierra y la atmósfera nos protegen de los efectos de las llamaradas solares, aunque sí pueden afectar cosas como comunicaciones vía satélite, incluidas las señales GPS; los que vivan en las latitudes adecuadas pueden disfrutar de auroras polares.
Además, en este caso, la erupción solar no apuntaba hacia la Tierra, así que nada de nada salvo unas preciosas imágenes y más datos para los científicos.
Otra cosa es cuando se produce una eyección de masa coronal del Sol, que muchas veces siguen a las erupciones, sin que esté demostrado de todas formas que unas produzcan las otras.
Las eyecciones de masa coronal consisten en plasma formado básicamente por electrones y protones, y suponen un grave peligro de irradiación para los astronautas que estén en órbita si la eyección viene hacia la Tierra, que es cuando se produce una tormenta geomagnética que puede afectar incluso a instalaciones eléctricas en tierra, entre otras cosas.