Por @Wicho — 6 de mayo de 2015

Hace unas horas SpaceX daba un importante paso en el desarrollo de la versión tripulada de su cápsula Dragon al probar por primera vez el sistema de escape de esta.

Esto es lo que se ve en el vídeo, segundo arriba, segundo abajo:

T-0: Los ocho motores SuperDraco se encienden simultáneamente y se ponen a potencia máxima, sacando la nave de la plataforma de lanzamiento.

T+,5s: Después de medio segundo de vuelo vertical, la cápsula se inclina hacia el océano. Los motores ajustan su potencia para guiar la trayectoria de la cápsula basándose en mediciones en tiempo real de los sensores de la Dragon.

T+5s: El encendido de emergencia termina cuando todo el propelente se ha consumido y la Dragon sigue subiendo por inercia durante unos 15 segundos hasta alcanzar una altura de unos 1 500 metros.

T+21s: El módulo de servicio es expulsado y la nave comienza una ligera rotación en la que el escudo térmico apunta hacia el suelo de nuevo.

T+25s: Unos pequeños paracaídas guía se despliegan entre 4 y 6 segundos después de la separación del módulo de servicio.

T+35s: Una vez que los paracaídas guía han estabilizado el vehículo, se despliegan los tres paracaídas principales para frenar más la cápsula antes del amerizaje.

T+107s: La Dragon ameriza en el Atlántico a unos 2 200 metros de la plataforma de lanzamiento. Según Elon Musk en la rueda de prensa posterior a la prueba de haber sido un lanzamiento tripulado los ocupantes de la Dragon 2 estarían en perfectas condiciones tras el amerizaje.

Un sistema de escape es algo fundamental en una nave espacial, ya que sirve para poner los astronautas a salvo en el caso de que se produzca una emergencia, aunque por ejemplo los transbordadores espaciales no disponían de tal cosa.

El de la Dragon es además diferente a otros usados anteriormente, ya que usa los motores de la cápsula, y no una torre de cohetes instalada sobre esta como por ejemplo la del programa Apolo.

Así, la Dragon dispone de un mecanismo de escape de emergencia que se puede usar en cualquier momento, no como los formados por ese tipo de torres de cohetes, que dejaban de ser útiles poco después de despegar.

Ahora, una vez analizados los datos de esta prueba, que al menos según el vídeo parece haber ido perfecta, el siguiente paso será realizar una prueba del sistema en vuelo, y tras este, un lanzamiento de una Dragon V2 a la Estación Espacial Internacional, pero aún sin tripulación a bordo.

Y si todo va bien, en 2017 podrían comenzar los vuelos tripulados de la Dragon V2.

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