A principios de 2017 un grupo de aficionados a las auroras boreales de Alberta, en Canadá, descubrió en algunas de sus fotos una banda entre verdosa y púrpura de varios cientos o incluso miles de kilómetros que no sabían muy bien qué era. Así que le pusieron Steve, el mismo nombre que los protagonistas de Vecinos invasores le ponen a la valla que los separa del resto del mundo y que no tienen ni idea de lo que es.
Además de eso creían que Steve estaba relacionado con las auroras de protones, pero cuando el físico Eric Donovan dela Universidad de Calgary, que trabaja en la misión Swarm de la Agencia Espacial Europea, se enteró de la existencia de Steve tuvo claro que su origen tenía que ser otro porque las auroras provocadas por protones no emiten luz visible.
Cruzando las fechas y lugares de las fotos de Steve con datos de Swarm pronto descubrió que el fenómeno está causado por una cinta de gases calientes –con una temperatura de 3.000 ºC– a una altitud de 450 kilómetros que se mueve de este a oeste a una velocidad de 6 kilómetros por segundo.
Los tres satélites Swarm estudian el campo magnético terrestre desde dos órbitas polares perpendiculares. Dos de ellos vuelan juntos a 450 kilómetros de altitud; el tercero está a 530 kilómetros de altitud
Steve se puede ver más cerca del ecuador que las auroras, y de hecho ha sido visto en Alaska, Canadá, estados al norte de los Estados Unidos, Nueva Zelanda y el Reino Unido. Pero hasta ahora sólo ha sido visto en presencia de auroras y no hay constancia de él entre octubre de 2016 y febrero de 2017 ni entre octubre de 2017 y febrero de 2018, lo que quizás quiera decir que sea un fenómeno estacional.
La causa no está aún clara, aunque hay científicos que creen que está relacionado con un desplazamiento subauroral de iones, un fenómeno en el que un chorro de partículas muy calientes se mueve rápidamente asociado a una aurora. Pero habrá que seguir mirando ahora que sabemos que está ahí. De hecho se puede colaborar en el estudio de Steve informando de avistamientos en Aurorasaurus.
Y es que lo curioso es que Steve no parece ser especialmente raro, sólo que nadie se había fijado en él hasta ahora que tenemos a montones de aficionados que cada noche salen a la caza de auroras y que luego lo comentan en las redes sociales. Que esto de Internet no va a ser todo maldades.
A Steve, por cierto, le han acoplado un retrónimo ahora que sabemos lo que es: Strong Thermal Emission Velocity Enhancement, de Mejora por Velocidad de Emisión Térmica Fuerte.