Como era de suponer, la inspección detallada a la que los técnicos de la NASA han sometido al tanque de combustible del Discovery tras haberlo llevado de vuelta al Edificio de Ensamblado de Vehículos encontró hasta cuatro grietas más en los nervios de aluminio de la zona entre tanques de este.
La zona zona entre tanques es la que aparece sombreada en verde
Esta es la zona que cubre el espacio que hay entre el tanque de hidrógeno líquido, que ocupa como los dos tercios inferiores de este, y el de oxígeno líquido, que ocupa el resto.
Aparte de mejorar la aerodinámica del tanque, su función principal es recibir y distribuir las fuerzas de empuje que producen los propulsores de combustible sólido, cuyos puntos superiores de anclaje están situados precisamente en la zona intertanque, separados 180 grados y unidos mediante una viga.
Estas cuatro grietas se unen a las ya detectadas en la plataforma de lanzamiento, y han sido reparadas soldando por encima de los nervios afectados unas piezas de refuerzo del doble de grosor de estos, una técnica habitual en el mundo de la construcción aeroespacial y cuya efectividad está perfectamente comprobada.
Detalle de las dos primeras grietas encontradas - NASA [imagen completa: jpeg a 2.000×3.008 pixeles]
La inspección detallada del tanque y los datos obtenidos durante la prueba de llenado que se llevó a cabo el pasado 17 de diciembre han permitido a la agencia determinar que esas grietas tienen su origen en que al llenar el tanque este se contrae por el frío, haciendo que los nervios en cuestión se comben hacia dentro, lo que a su vez provoca las grietas.
Así que con el objetivo de evitar que aparezca ninguna más se está procediendo a instalar unos refuerzos en 94 de los nervios que impiden que estos se comben, lo que debería impedir la aparición de nuevas grietas.
Un técnico de la agencia trabajando en el tanque - NASA/Frank Michaux [jpeg 3.000×2.000 pixeles 4,3 MB]
Teniendo en cuenta el tiempo necesario para completar estas modificaciones la NASA fijó hace unos días el 24 de febrero como posible fecha de lanzamiento del Discovery en la misión STS-133, tal y como cuentan en Managers Confident About Tank Fixes.
En cualquier caso, el 24 de febrero marca la primera fecha en la que el Discovery y su tripulación podrían estar listos, pero no necesariamente la fecha de lanzamiento, ya que depende también del lanzamiento del ATV-2 de la Agencia Espacial Europea, previsto para el 15 de febrero.
Además, por si hubiera habido pocos contratiempos con el lanzamiento de esta misión, este fin de semana Tim Kopra, uno de los especialistas de la misión, sufrió un accidente de bicicleta, que aunque no ha sido grave, podría afectar a su capacidad para llevar a cabo sus tareas a bordo, algo que según la NASA todavía está siendo, aunque circulan noticias que aseguran que se habría roto una cadera.
De ser así, y teniendo en cuenta que no se preparan tripulaciones de respaldo para las misiones de los transbordadores, el accidente de Kopra podría ser un serio problema, ya que él es el líder de los paseos espaciales previstos para la misión.
Junto con la nueva fecha estimada para la misión STS-133 la NASA anunció también que la misión STS-134 queda programada para el 19 de abril, aunque en este caso también hay un serio interrogante, no tanto en cuanto a que se pueda producir un retraso en esta fecha, algo que siempre entra dentro de lo posible, sino en cuanto a quién va a ser su comandante.
En estos momentos el comandante de la misión es Mark Kelly, pero Kelly está casado con Gabrielle Giffords, la congresista tiroteada en Tucson el pasado 8 de enero.
Aunque la congresista parece evolucionar favorablemente Kelly ha pedido a sus superiores que nombren un sustituto por si acaso él no pudiera reincorporarse a tiempo para terminar los preparativos para el lanzamiento de la misión, nombramiento que ha recaído en Rick Sturckow, tal y como se puede leer en NASA Announces Backup Commander For STS-134 Mission.
La idea es que Sturckow comience a entrenarse esta semana junto con el resto de la tripulación del Endeavour y los equipos de apoyo en tierra para no provocar retrasos en los preparativos, aunque tanto Kelly como Peggy Whitson, la jefe de la Oficina de Astronautas, esperan que este último se pueda reincorporar a tiempo para llevar a cabo la misión.
En lo que no debería haber problemas para la misión STS-134 es en el comportamiento del tanque de combustible, ya que fue fabricado con un lote de materias primas diferentes al de la misión STS-133, por lo que no se espera que aparezcan grietas como en este.
Sin embargo, el tanque previsto para la misión STS-335, la misión de rescate que se lanzaría en el caso de que el Endeavour resultara dañado durante el despegue en la misión STS-134, sí tendrá que ser modificado, pues proviene del mismo lote de materiales.
Todo el mundo espera y desea, en cualquier caso, que esta misión de rescate no tenga que ser realizada, lo que además daría la opción de lanzar el Atlantis en la misión STS-135, que de ser aprobada se convertiría así en la última de la flota de los transbordadores espaciales de la agencia.
En este caso, serían un par de cápsulas Soyuz rusas las que estarían preparadas para ser lanzadas como naves de rescate por si el Atlantis sufriera algún desperfecto al despegar.