De un diario cualquiera de estos días:
La madrugada del domingo (3 de diciembre) al lunes (4 de diciembre) aparecerá en el cielo la única superluna de 2017. Se trata de una luna llena en su perigeo, el punto más cercano de nuestro satélite en su órbita elíptica alrededor de la Tierra, lo que hará que parezca más grande y brillante. A simple vista es difícil detectar la diferencia de tamaño, pero sí podrá apreciarse que está mucho más luminosa que cualquier otra noche, motivo suficiente para echar un vistazo al cielo.
Sí, a simple vista es difícil apreciar la diferencia de tamaño porque se va acercando todo el tiempo; es como cuando uno no se da cuenta de lo que han crecido sus hijos. Y no, no es fácil apreciar que está mucho más luminosa que cualquier otra noche por el mismo motivo.
Superluna es un término acuñado para indicar que la Luna llena se produce cuando ésta se encuentra en el punto más cercano a la Tierra de su órbita o muy cercana a este punto. Pero aún cuando se produce una superluna el tamaño aparente de la Luna sigue siendo muy pequeñito: a pesar de que por comparación con las estrellas nos parece grande hacen falta más de 200.000 Lunas para cubrir el cielo, así que si estiras tu mano puedes taparla de sobra con la punta de tu dedo meñique. Siempre, superluna o no.
Como disculpa para animar a la gente a que salga a mirar al cielo no está mal, pero suele ser fuente de desilusiones cuando el público intenta hacer una foto de la Luna con su móvil y sigue siendo tan minúscula como siempre. El truco, en este caso, está en utilizar un teleobjetivo que acerque un punto de referencia lejano e incluir tanto este punto de referencia como la Luna en la foto:
Casi superluna y supertorre por Óscar Blanco
De lo de los titulares en prensa sobre astronomía, generalmente bastante desafortunados, pues me remito al astrónomo indignado:
Pero lo dicho, sal a mirar el cielo nocturno, siempre mola… en especial cuanto más lejos puedas irte del centro de una ciudad.