El lupus eritematoso sistémico (LES) es una enfermedad autoinmune incurable que afecta prácticamente cualquier órgano del cuerpo, aunque hay tratamientos contra sus síntomas. Pero si se confirman los resultados publicados en el estudio Anti-CD19 CAR T cell therapy for refractory systemic lupus erythematosus, sen el futuro sí podría tener cura gracias a la terapia celular CAR-T. Como dicen los autores, «estos datos sugieren que la transferencia de células CAR-T CD19 es factible, tolerable y altamente eficaz en el LES».
El estudio habla de cinco pacientes –sí, por ahora son muy, muy pocos– cuyo lupus se resistía a los tratamientos convencionales. A los cinco se les inyectaron linfocitos T (un tipo de glóbulos blancos) modificados para terminar con las células que producen los anticuerpos que causan la enfermedad. A los tres meses de recibir la inyección los cinco estaban sin síntomas y con analíticas normales y 17 meses después siguen en remisión. Y sin necesidad de recibir tratamiento alguno.
Las terapias celulares son uno de los últimos grandes avances en la lucha contra el cáncer y otras enfermedades de difícil tratamiento, en especial cuando los demás tratamientos han fallado. Lo que se hace es extraer los ya mencionados linfocitos T de la persona a tratar y modificarlos mediante ingeniería genética para «implantarles» receptores de antígeno quimérico. Lo que explicado en términos de andar por casa es algo así como programarlos para que reconozcan y ataquen las células chungas que causan la enfermedad que hay que eliminar. Estos linfocitos T modificados se inyectan a la persona en cuestión, en cuyo organismo son capaces no sólo de cumplir con su cometido sino de reproducirse conservando la modificación a la que han sido sometidos.
Su problema, en especial en países en los que no cuentan con un sistema de salud público, es su enorme coste a priori. Del orden de 300.000 euros más por paciente. Pero en realidad si se convierten en un tratamiento que sólo hay que aplicar una vez, a largo plazo se ahorran muchos euros en el tratamiento futuro de esos pacientes. Por no hablar de que, como poco, mejoran radicalmente su calidad de vida. Cuando no la salvan directamente.
En el caso del lupus habrá que ver cómo evolucionan los cinco pacientes con el tiempo. Y ver qué resultados obtiene el tratamiento en otros pacientes de distintas edades y características. Pero desde luego promete.
(Algunos datos vía Materia).
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