Por @Alvy — 18 de abril de 2016

Investigadores de la Universidad de Rice (Estados Unidos) han descubierto que los campos de fuerza que emite una bobina de Tesla hacen que los nanotubos de carbono se ensamblen formando largas hebras. Aunque lo han llamado Teslaforesis ni siquiera el propio Nikola Tesla pudo apreciar que esto sucedía cuando hacia 1891 inventó la bobina que lleva su nombre; los nanotubos de carbono simplemente no existían entonces.

Aunque este efecto de transmisión de energía de forma inalámbrica se produce a pequeña escala con materiales de menos de un milímetro de diámetro –como puede verse en el vídeo– el resultado son larguísimas hebras de filamentos, lo cual no deja de ser sorprendente. Los investigadores consideran que están ante «una especie de haz tractor» y que podría tener utilidades para la fabricación de piezas en electrónica e incluso a nivel biológico, por ejemplo utilizando nanomateriales y controlándolos como parte de la medicina regenerativa.

Todavía es pronto para ver hasta dónde llegan las capacidades de este «invento», por ejemplo su alcance y efectos en la materia a mayores distancias y con bobinas más potentes, o con varias a la vez – algo que ya están estudiando. Se puede leer el trabajo completo aquí: Teslaphoresis of Carbon Nanotubes.

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