Sabía que cuando se lanza un cohete al espacio este lleva a bordo unas cargas explosivas que se pueden activar desde tierra que aseguran su destrucción si por cualquier motivo se pierde el control sobre él y así evitar que pueda causar daños al caer más o menos entero.
Lo que nunca hubiera imaginado es que los cohetes de combustible sólido que se utilizan en los transbordadores espaciales de la NASA -y ahora asumo que en el resto de cohetes utilizados para lanzamientos tripulados pasa lo mismo- también llevan estas cargas, controladas desde tierra por un oficial de la Fuerza Aérea mediante un panel rotulado Flight Termination.
Panel de control del sistema de control de detonación de los cohetes de combustible sólido de los transbordadores espaciales
Si el transbordador se sale de las líneas rojas sólidas del marcadas en este mapa la obligación del Range Safety Officer es armar y disparar esos explosivos, lo que provocaría la destrucción de los cohetes y con ella la del resto de la nave, y por tanto la muerte de sus tripulantes, porque de no hacerlo se pondría en un grave peligro potencial la vida de miles de personas.
Límites de los que no puede salir el vuelo de los transbordadores espaciales. Imagen por Superfuture.
En frío la ecuación parece clara: Siete vidas frente a miles de ellas, pero los dos minutos y medio desde que se produce la ignición hasta que los cohetes agotan su combustible y se desprenden del transbordador tienen que parecerle eternos al oficial que le toque el control del sistema en cada lanzamiento.
(Popular Mechanics vía Universe Today.)