Las normas de la Federación Aeronáutica Internacional que estaban vigentes cuando Yuri Gagarin realizó su vuelo al espacio especificaban claramente que para certificar un vuelo espacial como tal el piloto de una nave tenía que despegar y aterrizar con ella.
El problema era que el sistema de frenado de la Vostok 1 no estaba todavía lo suficientemente desarrollado como para que un astronauta sobreviviera al impacto contra el suelo al volver, por lo que Gagarin fue expulsado automáticamente de esta a 20.000 pies de altura -unos 7 kilómetros- tras lo que tanto él como la cápsula descendieron plácidamente en paracaídas.
Esto se mantuvo en secreto durante mucho tiempo, aunque a estas alturas nadie le da la más mínima importancia, pues no quita nada de mérito al logro de Gagarin.