BREAKING 2014 MU69 (nicknamed #UltimaThule), is not, as it turns out, quite so round as initially anticipated. Images from @NASANewHorizons confirm the highly unusual, flatter shape of the #KBO: https://t.co/yaAZx8XQqO pic.twitter.com/JQlLiL9Hxq
— Johns Hopkins APL (@JHUAPL) 8 de febrero de 2019
Las primera imágenes que recibimos de Ultima Thule –oficialmente 2014 MU69– después de que lo visitara la sonda New Horizons de la NASA parecían indicar que estaba formado por dos objetos más o menos esféricos. De ahí que se le empezara a comparar con un muñeco de nieve.
Pero tras analizar algunas de las imágenes tomadas desde el otro lado de Ultima Thule los científicos de la misión han descartado esa imagen porque aunque están a contraluz, con lo que la superficie del cubewano está a oscuras, el estudio de las estrellas que quedan tapadas por él en esas imágenes indica que los dos objetos son mucho más planos de lo que se pensaba.
Ultima, el trozo grande, en concreto, es más bien como una tortita –aunque sea una tortita de varios kilómetros de grosor– mientras que Thule, el trozo pequeño, tiene la forma de una nuez abollada.
Más allá de la curiosidad que puede representar la forma de los dos lóbulos de Ultima Thule lo realmente importante es que no encajan mucho con nuestros modelos sobre la formación de planetas. Aunque hasta hace poco, mientras pensábamos que los dos eran mucho más redondos, a lo que ayuda que, por casualidad, la New Horizons se aproximaba a ellos desde arriba, lo que camuflaba lo plano que es Ultima, creíamos que sí.
Pero es lo que tiene «acer la cencia», que muchas veces nos topamos con resultados que nos sorprenden. Y esos resultados suelen ser más interesantes que los que coinciden con lo que esperábamos. Desde luego nadie se esperaba que Ultima Thuñe tuviera la forma que tiene.