A finales de enero de 2016 el cometa 67P-Churyumov/Gerasimenko estará a más de 300 millones de kilómetros del Sol, con lo que la temperatura de Philae caerá por debajo de los –51ºC, lo que impediría definitivamente su activación.
Por eso hoy, 10 de enero de 2016, la Agencia Espacial Europea va a intentar un nuevo truco –un poco desesperado ya– para intentar volver a ponerse en contacto con Philae, el aterrizador de la misión Rosetta, del que no se sabe nada desde el 9 de julio de 2015.
Se le va a transmitir la orden de activar su rueda de reacción, la misma que utilizó para mantenerse estable durante su descenso a la superficie de 67P el 12 de noviembre de 2014.
La idea es que si Philae recibe la orden y es capaz de ejecutarla el poner en marcha la rueda de reacción pueda hacer que su cuerpo se mueva, sacudiendo el polvo de sus paneles solares y quizás quedando mejor alineado respecto al Sol para poder cargar de nuevo sus baterías y arrancar, aunque si Philae hubiera volcado debido a la actividad de 67P el activar la rueda de reacción no serviría de nada.
El equipo de la misión reconoce que las posibilidades de que esto funcione son mínimas, pero aún así no quieren dejar de probar cualquier idea razonable que se les ocurra; Rosetta estará a la escucha permanentemente, por si acaso.
De todas formas, vuelva a despertar Philae o no, poner a Rosetta, que aún sigue activa, en órbita alrededor de 67P, y los dos días y pico de actividad de Philae en la superficie de 67P son un enorme éxito para la humanidad.
Pase lo que pase con Philae, Rosetta seguirá en activo hasta septiembre de 2016, momento en el que apenas le quedará combustible y además la posición de 67P visto desde la Tierra será casi al otro lado del Sol, lo que dificultará las comunicaciones, si no las impide por completo.
Así que cruzaremos los dedos por Philae, por poco científico que esto sea.
Philae está en Twitter como @Philae2014, mientras que Rosetta es @ESA_Rosetta.