Escuché hablar de la app Universe Splitter (iOS, 2,29€) en una conferencia sobre la aleatoriedad intrínseca en la física cuántica; me encantó la idea por rebuscada y porque da para pensar un poco, así que he ido a buscarla y ahí está, viejuna total pero lista para descargar – y para tomarse la física y la propia existencia con humor.
Lo que hace esta app es dividir el universo para ti cuando te planteas tomar una decisión complicada. La división se produce mediante una medición cuántica, que es lo importante porque va al meollo de la cuestión: si no fuera cuántica te bastaría con tirar una moneda al aire.
Y es que según una de las interpretaciones de la mecánica cuántica:
(…) Cuando se realizan ciertos tipos de medidas mediante la observación de partículas subatómicas el universo se ramifica desdoblándose en universos completos pero diferentes según cierta distribución de probabilidades.
Según esta teoría de los multiuniversos (que propuso el físico Hugh Everett en 1957), dado que todos esos caminos/universos existen, también contienen copias de todo lo que hay en ellos (especialmente, gente), solo que en cada rama se ha seguido un «camino diferente».
La clave es que a diferencia de los lanzamientos de monedas a cara o cruz del mundo macroscópico cuando se observan fenómenos cuánticos las cosas son mucho más complicadas (que le pregunten al gato) y el resultado es fruto del azar más puro posible, que por cierto nadie sabe «de dónde viene» o «cómo se genera».
Así que una de las formas de interpretar lo que está sucediendo es precisamente esa de los universos múltiples, algo perfectamente consistente: el universo se divide, cada universo posible sigue su camino y al no tener contacto entre ellos ni poder transmitirse información no se produce ninguna paradoja. Naturalmente esto es solo una de las posibles interpretaciones de la mecánica cuántica, para mi gusto de las más divertidas e intrigantes.
Volviendo a Universe Splitter: para dividir el universo en dos sólo hace falta introducir las dos opciones de un dilema en la app (por ejemplo: elegir carne o pescado) y pulsar el botón. La app contacta a través de Internet con un dispositivo cuántico llamado Quantis que está en el Instituto Nacional de Metrología de Suiza que genera un fotón y mide una de sus características cuánticas. Puede parecer una «forma complicada de hacer algo fácil», pero sin esto el asunto no funcionaría, y aseguran que es así como lo hace.
El resultado que se recibe es fruto de una medición cuántica, de modo que el universo ha quedado dividido en dos (pero, tranquilidad: no se notan efectos secundarios). La app indica el resultado y ese es el universo en el que estás. En otro universo hay una copia de ti mirando la app y luego tomando la otra decisión, sea cual sea. Curiosamente, siempre estás en el «universo correcto», como debe ser. La app además va guardando el «camino» que recorres a lo largo del tiempo tomando diversas decisiones, dejando el resto de universos donde hiciste otra cosa de lado, a modo de recordatorio que puedes revisar. Como esos universos no pueden comunicarse no se producen incómodas paradojas.
En definitiva: una app de esas que más que «servir» para algo terriblemente práctico es más una ocurrencia simpática que sirve para hablar de ella y pensar al respecto, porque darle vueltas al coco muchas veces es lo más divertido.