Esta visita virtual, sencilla pero encantadora, a la casa del físico y matemático James Clerk Maxwell (1831-1879), destaca por su simplicidad. Si no tienes previsto visitar Edimburgo y realizar recorridos históricos, al menos podrás verla «como si estuvieras allí». No es espectacular, pero está llena de información sobre el histórico científico escocés. A mí me recordó un poco al 221B de Baker Street, el pequeño museo de Sherlock Holmes en Londres.
Maxwell nos legó sus ecuaciones sobre los campos eléctricos y magnéticos, la teoría electromagnética de la luz, sus trabajos en termodinámica y experimentos pioneros sobre el color y la fotografía. Muchos lo comparan con Newton y Einstien y consideran que sus cuatro ecuaciones –se pueden ver en la pizarra de la sala de conferencias– están entre las más bellas de la física.
La visita no es muy extensa, abarcando algo más de diez estancias se pueden ver en unos minutos. Pero, además de la alta calidad de las imágenes, tiene muchos detalles interesantes, como que los objetos se pueden ampliar con todo detalle o que está llena de carteles adicionales en alta resolución. Es suficiente para pasar unas horas muy educativas.
Según parece, además de ser un museo sencillo, también es un lugar de encuentro para matemáticos, científicos e ingenieros, en una pequeña sala de conferencias caben algo más de 20 personas. Otra forma de tener un espacio divulgativo y de aumentar la conciencia pública sobre las bases que Maxwell estableció para las tecnologías actuales.
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