Por @Wicho — 10 de agosto de 2015

Una galaxia en distintas longitudes de onda
Una galaxia en distintas longitudes de onda - ICRAR/GAMA y ESO

Tenemos bastante claro que el universo nació hace unos 13700 millones de años con el Big Bang.

Entonces se creó toda la energía, y a partir de parte de ella la materia, que no es más que una forma de energía.

Sabemos también que la energía no se crea ni se destruye, sino que simplemente se transforma, y de hecho aunque las estrellas siguen produciendo energía lo hacen a costa de convertir su masa en ella.

De ahí lo acertado de la frase de Carl Sagan que dice «El cosmos es todo lo que es, todo lo que fue y todo lo que será».

El que la energía no se pueda crear ni destruir significa que la cantidad de energía que hay en el universo, por enorme que sea, por difícil que sea de comprender a escala humana, es limitada.

Combinando el hecho de que la energía es limitada con que no sabemos si el universo va a seguir permanentemente en expansión hace que no tengamos tan claro, sin embargo, qué es lo que va a pasar con el universo en el futuro.

Los científicos manejan distintas teorías al respecto, aunque parece claro que su destino final depende fundamentalmente de la forma de este y de cuánta energía oscura contiene.

En la actualidad la teoría que es considerada como más probable es la conocida como el Big Freeze, que habla de un universo que seguirá expandiéndose para siempre en el que la energía se irá consumiendo hasta que este alcance un estado de muerte térmica.

En este estado será un universo demasiado frío para albergar vida, en el que hasta las estrellas se habrán apagado.

Ya sabíamos desde hace unos veinte años que el proceso de disminución de la producción de energía en el universo ya está en marcha, pero tal y como se puede leer en Trazando la lenta muerte del Universo un estudio de más de 200.000 galaxias llevado a cabo por astrónomos de todo el mundo confirma que la energía producida hoy en la parte del Universo incluida en este es sólo la mitad de lo que era hace dos mil millones de años en todas las longitudes de onda, desde el ultravioleta hasta el infrarrojo lejano.

GAMA, Galaxy And Mass Assembly, es un estudio que se pretende ampliar para crear un mapa de la producción de energía a lo largo de toda la historia del universo, pero como dice Simon Driver, el director de equipo que ha hecho el estudio, parece que ya sabemos el fin de la historia: «De aquí en adelante, el Universo irá decayendo, envejeciendo lentamente. Básicamente, el Universo se ha sentado en el sofá, se ha tapado con una manta y está a punto de dar una cabezada para echarse una siesta eterna».

A escala humana esto nos da realmente igual, pues se estima que aún falta un billón de años para que se apaguen las estrellas, y para entonces parece altamente improbable que nuestra especie siga existiendo.

Pero aún así preferiría que en lugar del Big Freeze u otro final en el que la vida ya no sería posible como el Big Rip nuestro universo estuviera destinado a un Gran Rebote.

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