El 10 de diciembre de 1999 un cohete Ariane 5 ponía en órbita el observatorio espacial de rayos X bautizado como XMM-Newton. Inicialmente la misión tenía financiación para dos años de funcionamiento aunque se esperaba que el telescopio pudiera funcionar durante al menos diez años.
Pero, superando todas las expectativas, el XMM-Newton cumplía ayer mismo los veinte años en servicio. La última extensión de la misión es de 2018 y está activa hasta finales de 2020. Aunque todo parece indicar que, al ritmo actual de uso, el telescopio tiene combustible suficiente como para seguir en funcionamiento hasta principios de la década de los 30, así que es más que probable que se sigan aprobando extensiones de su misión hasta entonces y que se pueda celebrar su trigésimo aniversario en servicio.
Y eso es importante porque la última vez que se solicitaron propuestas de observación se recibieron 462 propuestas válidas que sumaban 7,7 veces el tiempo real disponible en la oferta.
El que XMM-Newton probablemente vaya a estar en servicio hasta la próxima década es también importante de cara a mantener la continuidad de las observaciones en rayos X pues puede que se solape con la entrada en servicio de Athena, el próximo observatorio de rayos X de la Agencia Espacial Europea. Su lanzamiento estaba previsto inicialmente para 2028 pero ahora se habla de que será lanzado a principios de los 30.
X-ray Multi-Mirror Mission – Newton tiene tres telescopios, cada uno con 58 espejos concéntricos –de ahí lo de Multi-Mirror– con los que explora el universo en una de las zonas más calientes del espectro electromagnético, la de los rayos X. Con ellos es capaz de detectar millones de fuentes de rayos X. Es un proyecto de la Agencia Espacial Europea aunque la NASA contribuyó en la construcción de dos de los instrumentos de a bordo. Está en el espacio igual que otros observatorios de rayos X como Newton y otros observatorios similares como Chandra –lanzado el mismo año– y NuSTAR porque la atmósfera de la Tierra absorbe los rayos X que está diseñados para captar.
Observa objetos como estrellas de neutrones, agujeros negros, y núcleos galácticos activos, lo que permite dar respuesta a cosas como qué sucede en las proximidades de un agujero negro o cómo fue el proceso de formación de galaxias en el universo temprano, por citar un par de ejemplos. Sus datos contribuyen a la publicación de unos 300 trabajos científicos al año.
El momento más delicado de estos veinte años ocurrió en 2008 cuando el 18 de octubre se perdió el contacto con el observatorio. XMM-Newton utiliza dos antenas para comunicarse con la Tierra. La pérdida de contacto ocurrió después de que se le enviara una orden para que cambiara de una antena a otra. Al hacer esto, algo salió mal y ninguna de ellas quedó en servicio. Afortunadamente tras día y medio de un cierto pánico el observatorio fue observado en órbita y en actitud estable, lo que al menos indicaba que estaba de una pieza.
Una vez comprobado esto desde el control de la misión fueron capaces de establecer una precaria comunicación con el observatorio desde la estación de Estrack de Nueva Norcia, lo que permitió confirmar que era un problema con la radio. Así que, utilizando de antena de 34 metros de la estación de Goldstone de la DSN de la NASA, le enviaron la orden de volver a la configuración de radio anterior, lo que efectivamente volvió a activar una de las antenas y así retomar el contacto normal.
La misión está en Twitter como @ESA_XMM.
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