Una persona de YouTube puso dos litros de Coca-Cola en el depósito de un coche, un BMW 325i en concreto, para ver qué sucede. Y sucede lo que todo el mundo sabe: que los coches (¡y aquí va un secreto, persona de YouTube!) no funcionan con Coca-Cola sino con gasolina.
A pesar de que los dos litros de Coca-Cola se mezclan con casi medio depósito de gasolina (con unos 25 litros de gasolina, a juzgar por la posición de la aguja del combustible) el coche apenas avanza unas pocas calles consumiendo la gasolina “limpia” que hay en el circuito de combustible (desde la bomba del depósito hasta los inyectores) antes de empezar a hacer ruidos raros y finalmente detenerse.
El precio a pagar para aprender que no es buena idea poner Coca-Cola en el depósito de combustible es de uno 120 euros —la factura del taller, que incluye vaciar el depósito y limpiarlo, además de limpiar el circuito y los inyectores— aunque los daños podrían llegar a más a medio o largo plazo, según el mecánico. Para el resto de nosotros la lección es virtualmente gratis.
En este otro vídeo, también vía The Fresh Toast, otra persona de YouTube pone azúcar en el depósito de gasolina de su segadora (o cortadora de césped) y aunque el motor no se destruye, como cuenta la leyenda, si que el azúcar deja residuos feos en el interior del pistón y en las válvulas, “lo cual puede ser un problema a largo plazo”, explica.
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