Por Nacho Palou — 6 de julio de 2015

A raíz del plástico alternativo para fabricar las piezas de Lego recordé que hace ya muchos años Henry Ford indagó en el desarrollo de bioplásticos, plásticos obtenidos a partir de fibras vegetales, incluyendo el cáñamo procedente de la planta Cannabis,

El coche de soja, más recientemente conocido como el coche con carrocería de cáñamo, era un coche construido con plásticos de origen agrícola. Aunque no hay detalles exactos de la formula utilizada para fabricar los paneles de plástico, se cree que en su mayor parte estaba hecho con fibras de soja con un porcentaje [tal vez entre el 10 y el 30 por ciento] obtenido de fibras de cáñamo.

La carrocería de plástico era más ligera y por lo tanto el coche consumía menos combustible que con una carrocería equivalente de metal. La desarrolló la compañía de Henry Ford a partir de los trabajos del investigador botánico George Washington Carver y se presentó al público en 13 de agosto de 1941, en parte motivado por el racionamiento del acero durante la Segunda Guerra Mundial.

(Inciso) La idea de una carrocería que no se abolla cuando es golpeada con un mazo es irresistiblemente atractiva, pero es esencialmente contraproducente en el caso de un vehículo: si se produce un impacto la energía liberada tiene que hacer algo con su vida, tiene que dispersarse de algún modo y salir de ahí por algún sitio.

Y si hay que elegir entre que esa energía se dedique a convertir la carrocería del coche en un acordeón o que se dedique a revolver los órganos internos de los ocupantes, la elección correcta es la primera opción — que es el motivo por el que los coches actuales quedan irreconocibles al mínimo toque: el objetivo es que puedas bajarte del coche ileso, por tu propio pie, y empezar a quejarte y a maldecir por eso.

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El problema de esta historia es que según se la encuentra uno por ahí inevitablemente suena a leyenda urbana —o a leyenda rural en este caso; por lo del plástico agrícola.

En parte es debido a que la historia ha ido evolucionando desde el «coche fabricado con fibras de soja» al «coche fabricado con cáñamo», o fabricado con marihuana, directamente.

The Angry Historian indagó hace años para comprobar cuánto había de cierto en lo del «coche de cáñamo», concluyendo que:

Ford-Bioplastico-1941

El coche no estaba compuesto de fibra de cáñamo en su totalidad; ni siquiera en un 50 por ciento. En casi todos los sitios web se omite o se confunde este dato, hasta el punto que en algunos se llega a afirmar que la carrocería estaba hecho de cáñamo en su totalidad. ¿Significa esto que el cáñamo no es un material útil para este fin? No. De hecho tiene muchas aplicaciones de ese tipo.

Como sea, probablemente el público se llevaría las manos a la cabeza si Lego fabricase sus piezas a partir de cáñamo industrial, que es una variante de la planta Cannabis ligeramente diferente a la utilizada para la producción de marihuana. Pero con estas cosas suele suceder que las cosas no son lo que son, sino que son lo que parecen.

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