Este Lexus es un IS convencional, salvo por el pequeño detalle de que toda su carrocería está cubierta por 41.999 ledes y más de un kilómetro y medio de cables.
Las luces del IS LIT están programadas para reaccionar al entorno, a la músca, a los gestos y movimientos y también a la conducción, iluminándose con diseños más o menos “epilépticos” en un espectáculo artístico con el que llamar la atención. Sobre todo por la intriga de saber qué pasó con el led que falta.
Este ejercicio de provocación de Lexus al menos es honesto (no como el «bluf» en forma de patín volador que se sacó la marca el año pasado) y viene a sumarse a otros montajes anteriores como el Lexus de cartón y el NX con ruedas de hielo.