Por Nacho Palou — 22 de agosto de 2017

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National Grid es en Gran Bretaña una entidad parecida a Red Eléctrica en España: es el operador del sistema eléctrico que se encarga de hacer funcionar el sistema y la red de suministro eléctrico de alta potencia.

Según National Grid, los coches eléctricos que pueden recorrer unos 480 km con una sola carga (un Tesla o similar) tienen baterías de 90 kWh, un tamaño de batería que con el tiempo será el estándar en los coches eléctricos con cierta autonomía. Con un cargador común de 3,5 kW de potencia hacen falta casi 20 horas para cargar totalmente una de esas baterías suponiendo que está a 25 por ciento de su capacidad. 3,5 kW es la misma potencia que tiene un calentador de agua para té.

El tiempo de recarga de la batería del coche se reduce si aumenta la potencia del cargador. Con con un cargador de 7 kW de potencia recargar ese mismo 75 por ciento de una batería de 90 kWh lleva la mitad de tiempo, unas 10 horas. Estos cargadores cada vez serán más habituales que los cargadores comunes de 3,5 kW, según aumenta la capacidad (y la autonomía) de los coches eléctricos.

Sin embargo las baterías de los coches eléctricos aceptan hasta 50 kW de potencia de carga. Aprovechar esa ventaja reduciría el tiempo de carga de esa misma batería de 90 kWh al 25 por ciento a sólo 80 minutos. El problema es que la mayoría de los hogares no pueden suministrar 50 kW.

En España la potencia doméstica media ronda los 4,4 kW, una cifra parecida a la que aplica National Grid en sus cálculos. Esto significa que tampoco sería posible poner a cargar el coche con un cargador común y a la vez hervir agua para el té. Incluso aumentando la potencia de la vivienda para usar un cargador más potente (de 7, 11 o 22 kW) que cargue el coche más rápido implica que otros electrodomésticos (horno, calentadores eléctricos, plancha,...) deberán estar apagados para que no se active el limitador de potencia de la vivienda, el fusible; para evitar que “salten los plomos”.

Según National Grid esto se puede resolver de dos modos: una que es más costosa y complicada, que es modificar las instalaciones eléctricas domésticas para que soporten más potencia; y otra que es por la que vota la operadora eléctrica que consiste en construir una red eléctrica paralela de alta potencia que disponga de puntos de carga rápidos compartidos por todo el país. El problema es que lo de de “compartidos” suena a que igualmente habrá que esperar más de 80 minutos para tener la batería del coche cargada.

“De momento asegúrate de comprobar la potencia eléctrica de tu casa antes de poner a cargar un coche eléctrico, y considera leer un libro mientras se carga”, sugieren en Quartz.

Fotografía de Thomas Kelley en Unsplash.

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