Por Nacho Palou — 1 de febrero de 2018

Esta recopilación de no-accidentes de tráfico es justo lo contrario a los vídeos rusos de accidentes de tráfico (busca dashcam russia en YouTube, si eres mayor de edad): es una recopilación de situaciones salvadas por la intervención del piloto automático de Tesla.

En casi todos los casos la situación está provocada por la estupidez humana, pero en casos como este que sucede de noche es bastante alucinante ver cómo el piloto automático se anticipa gracias al radar o los infrarrojos a un imprevisto que directamente resulta invisible para el ojo humano.

Que los coches sean capaces de evitar esas colisiones es un beneficio evidente para todos, empezando por los los ocupantes de los coches. También beneficia a los seguros médicos y a los seguros de coches, así que la pregunta es inevitable: Si los coches son mucho más inteligentes, ¿por qué no nos ahorran dinero en el seguro?

En MarketWatch enumeran algunos de los motivos de por qué esto no es así. Y uno de los motivos esta precisamente en la misma tecnología que contribuye a reducir los accidentes de tráfico,

Los nuevos parachoques, por ejemplo, incluyen dispositivos como cámaras o sensores de salida del carril y de marcha atrás. El parachoques de un Honda Civic de 1990 tenía menos de 10 partes. El de un Honda Civic de 2016 tiene más de 30. Algo parecido sucede con los parabrisas de los automóviles con sistemas avanzados de asistencia al conductor, como el control de crucero adaptable. Esos parabrisas pueden costar un 82% más que los de vehículos sin esas características. Además los nuevos materiales utilizados en los vehículos, incluyendo un mayor uso del aluminio, aumentan los costes de la mano de obra en caso de reparaciones. En general la complejidad de las reparaciones es mayor y requiere una mayor especialización.

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