Por Nacho Palou — 8 de septiembre de 2015

El escáner láser que utilizan la mayoría de los coches autónomos —esa especie de sirena que llevan en el techo— cuesta más o menos lo mismo que un turismo convencional y es un elemento clave para que el vehículo autónomo pueda ver el mundo que le rodea de forma tridimensional — detectar a otros vehículos, peatones y obstáculos en la vía.

En IEEE Spectrum, Researcher Hacks Self-driving Car Sensors,

El escáner láser que utilizan la mayoría de los coches autónomos para detectar los obstáculos puede interferirse con un dispositivo que se construye por 60 dólares. Con él un atacante puede engañar a un coche autónomo para que crea que tiene delante un obstáculo, provocando que reduzca su velocidad de marcha. O enviarle montones de señales falsas que saturen el sensor y provoque que el coche se detenga y no se mueva por temor a chocar con algún obstáculo inexistente.

Es verdad que los coches autónomos todavía están en desarrollo y no son —ni serán— perfectos, pero «nunca es demasiado pronto para empezar a pensar en la seguridad».

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