Por @Wicho — 26 de febrero de 2006

Juan BuscamaresJuan Buscamares. Félix Vega. Norma Editorial, Colección Pandora, 1997 a 2003. Español.

Por fin, con bastante retraso sobre su publicación, terminé de leer Juan Buscamares, que ocupa cuatro volúmenes:

  1. Juan Buscamares: el agua, ISBN 84-7904-474-8.
  2. Juan Buscamares: el aire, ISBN 84-8431-132-5.
  3. Juan Buscamares: la tierra, ISBN 84-8431-517-7.
  4. Juan Buscamares, el fuego, ISBN 84-8431-809-5.
En ellos el protagonista vaga por una Tierra convertida en un desierto en el que la gente vive en los pecios de barcos hundidos siglos atrás, donde se instalaron en busca de los últimos vestigios de humedad, o bien vive vagando por el desierto en busca de agua en vehículos que llaman barcos pero que en realidad tienen ruedas.

El único objetivo de Juan parece ser seguir con vida en ese ese mundo hostil en el que los más violentos no dudan en atacar a los más débiles para hacerse con sus posesiones hasta que una serie de acontecimientos le ponen en contacto con una especie de predicador que lo identifica como aquel que encontrará el mar, cosa que él niega a la vez que se resiste a aceptar su destino como salvador, a pesar de lo cual una multitud desesperada comenzará a seguirlo hasta que en un momento dado las acciones del predicador y del propio Juan al poner por delante de todo su deseo de proteger y ayudar a una chica llamada Aleluya hacen que sus hasta entonces seguidores le den una paliza y lo dejen abandonado y atado en el desierto, previsiblemente con intención de que muera.

A partir de entonces se pone a llover torrencialmente y el agua pasa a ser el enemigo del que hay que escapar por el aire mientras van apareciendo nuevos personajes y se van revelando los pasados de Juan Buscamares y Aleluya en la tierra desierta, quedando para el cuarto volumen las revelaciones acerca de quién es en realidad Juan, pero con un final tan ambiguo y lleno de historias dentro de historias -y no quiero entrar en mucho detalle para no destripar la lectura a nadie- que me confieso totalmente perdido y tras releer varias veces los cuatro volúmenes no se si sí o si no o si todo lo contrario, y la verdad es que me da un poco la impresión de que los últimmos tres volúmenes son algo así como un añadido a posteriori, pues de hecho el primero es el único que al final pone «fin», aunque el autor dice en una entrevista publicada en dos partes en La provocación en Juan Buscamares y en Trabajando en la Oscuridad que aunque efectivamente podría ser un volumen autoconclusivo los cuatro juntos se convierten en una unidad.

En definitiva, una premisa interesante a la que un final lioso resta bastantes puntos.

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