Estos días estoy repasando Watchmen (la serie) y me he cruzado con esta joya en el canal de YouTube de HBO. Es una microhistoria sobre el origen de la pasión por Watchmen por parte de Damon Lindelof, el creador de la premiada miniserie de 9 episodios. Es metahistoria porque no está dentro del universo alternativo de Watchmen, sino en el de uno de sus creadores.
La peliculita es una exquisita animación muy en el estilo de la novela gráfica, que tiene todos los componentes de una buena historia: una perfecta narrativa con el padre de Lindelof como protagonista; un jovencísimo amante de los cómics que ve desaparecer su caja de tebeos y años después se embarca en una búsqueda por las convenciones de fans para recuperarlos.
Lindelof explica cómo esa vivencia fue algo así como el origen secreto de su padre a partir del trauma inicial, cual superhéroe, aunque su «superpoder» no fuera más que amar los cómics sobremanera. Esa pasión le fue transferida a su hijo cual herencia, cuando el padre le entrega los primeros ejemplares de Watchmen, la novela gráfica que tal y como dice «estudiaban justos como escolares talmúdicos».
Esta joyita nos enseña cómo quizá el resultado de aquella metahistoria haya sido una premiada serie de calidad excepcional, donde el origen de los héroes es una de los arcos argumentales constantes, un poco como lo fueron las precuelas a la novela gráfica, que también resultan reveladoras al respecto.
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