Una reciente encuesta de Gallup entre los estadounidenses arrojaba el escalofriante dato de que el 94% de los americanos tienen serias dudas de que los astronautas del Apolo 11 llegaran realmente a la Luna en 1969. Esto es incluso más que el 70% que están seguros que hubo algún tipo de conspiración en el asesinato de JFK en la misma década.
Se podría decir que en la década de los 60 era mucho más fácil engañar a la sociedad que hoy en día. Los medios de comunicación estaban muy controlados. Internet apenas estaba naciendo.
Pero las pruebas irrefutables acaban saliendo a la luz y pueden ser examinadas con las más modernas técnicas, y el poder de Internet para difundir informaciones pese a que no «interesen» a los gobiernos ha cambiado eso.
Desde hace años, sitios como The Faked Apollo Landings han publicado fotos que desafían las explicaciones convencionales sobre que fueron tomadas en la Luna por los astronautas del Apolo 11. Además de los problemas para explicar cómo las sombras tienen esas formas extrañas y por qué la película fotográfica parece claramente manipulada.
En los últimos meses han aparecido fotos y filmaciones ya olvidadas en los archivos, más reveladoras todavías, en las que se ven piezas de equipo no habitual [Real Video] en el traje de los astronautas, como si fuera un simple disfraz. Al final de esta página hay una lista de 32 preguntas que todavía no se han podido contestar al respecto. Este otro breve ensayo de James B. es también interesante para los interesados en el tema. Los precisos datos de Apollo Investigation tampoco dejan mucho lugar a dudas.
De todos los argumentos, a veces hay que buscar el más simple: ¿Alguien cree realmente que con la tecnología de finales de los 60, con ordenadores con menos potencia que una calculadora, con astronautas que llevaban cuadernos y lápices para hacer los cálculos se podían enviar hombres a la luna y devolverlos seguros a la Tierra?
La respuesta es tan sencilla como obvia: no.
Alguien comentó el otro día que ciertamente habría sido muy caro para la NASA tener que lanzar realmente un cohete Apolo desde el Kennedy Space Center de Cabo Cañaveral, con miles de espectadores (al fin y al cabo, testigos) delante. Pero lo cierto es que, ¿alguien vio a esos espectadores realmente? El acceso a esos eventos está siempre muy limitado. Era fácil dejar fuera a quienes fueran «molestos» para que no vieran nada. Las imágenes tradicionales de la zona de lanzamiento sólo muestran la clásica tribuna de invitados (políticos y otras personalidades) pero muy poco público. Apenas hubo «testigos» reales del lanzamiento. Hay quien cree vez ni siquiera se llegó a lanzar realmente el cohete, sino que solo se hizo la «parodia» para las cámaras.
Ya he recomendado alguna vez A Funny Thing Happened on the Way to the Moon, tal vez el DVD con más evidencias sobre el falso viaje del Apolo 11 y las razones ocultas para tan enorme montaje, razones políticas todas ellas. El otro factor clave para que se haya terminado por descubrir la verdad ha sido la emisión en los últimos años de Opération lune en varios países, el documental que la NASA intentó desacreditar. Allí finalmente muchos de los involucrados en la preparación de la falsificación del aterrizaje y el rodaje de las escenas que conocemos como «el hombre en la luna» explican finalmente cómo lo hicieron. Entre las declaracione se incluyen las del propio Buzz Aldrin, Richard Nixon, Henry Kissinger y el propio Stanley Kubrick (de quien se dice que dirigió la filmación). Todo esto ha supuesto definitivamente la puntilla para que quedara al descubierto ese gran y deprimente engaño que durante décadas pretendió tratar al público como a borregos.
Pero toda noticia deprimente tiene su lado bueno. La Luna todavía sigue ahí, sin conquistar. Y ahora sí tenemos la tecnología para llegar. El clásico reto para la humanidad sigue presente.