La famosa «palabra mágica» que pronuncian ilusionistas y magos en el momento cumbre de algunos de sus espectáculos no tiene un único origen universalmente aceptado. Según una teoría, la primera mención histórica es un poema latino llamado De medicina praecepta, donde el autor explica que la pronuciación de la palabra según un ritual especial serviría para curar a los enfermos. (La forma correcta para quien quiera probarlo sería empezar diciendo «abracadabra», luego «abracadabr», «abracadab», etc. quitando una letra cada vez.) La palabra tal vez pasó del mundo de la magia al de la medicina a partir de la frase hebrea abreg ad habra que significa algo así como «que un rayo alcance a los muertos». Otra teoría dice que la frase viene del árabe avrah kedabra que se traduciría como «Crearé algo mientras hablo», lo cual se parecería más a la forma en que la utilizan los magos de hoy en día en sus actuaciones. (Fuente: Ask Yahoo!)