A diferencia de lo que siempre han mostrado en las películas, al parecer es casi imposible morir engullido por las arenas movedizas. Estas zonas entre arenosas y pantanosas formadas por arena o arcilla tienen en realidad una densidad mayor que la del cuerpo humano. De modo que si caes a unas arenas movedizas, simplemente flotas. Sería necesario cierto esfuerzo para hundirse. Debido a esa flotación, es más o menos fácil nadar o arrastrarse hasta la seguridad de la orilla. También sucede que las arenas movedizas no suelen tener más de un metro de profundidad, así que la mayor parte de las veces ni siquiera cubren más allá del ombligo. El mayor peligro si caes en un terreno con arenas movedizas (aparte de las más extrañas como un ahogamiento «súbito», o a causa de que haya una gran marea en la zona) es no salir con suficiente rapidez y morir de hambre, insolación o algo parecido. Todo esto lo demostraron experimentalmente en la popular serie los cazadores de mitos, y está explicado en la Wikipedia: Quicksand y con gráficos animados en HowStuffWorks: QuickSand.