Por Nacho Palou — 26 de julio de 2013

Disparos bajo el agua vistos a cámara lenta, muy, muy lenta: 27.000 fotogramas por segundo. Son más de mil veces más fotogramas por cada segundo que en una película en el cine, que suelen ser 24 fotogramas por segundo.

Para los impacientes lo interesante del vídeo empieza en el minuto 2:25 y en el minuto 6:00 el disparo de un revólver resulta mucho más curioso.

Como se puede ver claramente en el vídeo la efectividad de un arma de fuego se reduce considerablemente por cada centímetro que recorre la bala en el agua, haciendo que ésta comience a desviarse y a perder velocidad casi desde el momento en el que sale por el cañón.

Esto también es aplicable para balas disparadas desde el exterior y hacia el agua. Es debido a que el agua es mil veces más densa que el aire. El agua es perezosa para eso de comprimirse, de modo que ofrece gran resistencia al avance de la bala. Una bala de pistola de 9 mm empieza a causar pocos daños a partir de los 2 o 2,5 metros de distancia si acaso llega a alcanzar y a acertar su objetivo.

Incluso las balas disparadas con rifles mucho más poderosos pierden la mayor parte de su energía tras haber recorrido apenas un metro de distancia dentro del agua, como se podía ver en un episodio de los Cazadores de Mitos que confirmaba el mito de que el agua «detiene las balas» y que tienes muchas posibilidades de sobrevivir si nadas lo suficientemente rápido.

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