Cuando la industria del automóvil empezó a tomar forma a finales del siglo XIX no se sabía qué tipo de propulsión [eléctrica, gasolina o vapor] se convertiría en el más extendido. En Nueva York comenzaron a funcionar los taxis eléctricos en 1897. La Electric Vehicle Company llegó a tener más de 100 de éstos coches circulando por las calles y pronto fueron habituales los taxis eléctricos también en Chicago, Philadelfia, Boston y Washington DC.
Pocos años después, aún con grandes mejoras en los automóviles y en las baterías, el mercado de los coches eléctricos empezó a reducirse y para 1920 este mercado ya era minúsculo. [50 Things You're Not Supposed to Know]