De promedio, el cerebro consume más o menos el 20 por ciento de la energía del total del cuerpo humano. Curiosamente, este porcentaje no varía mucho por el hecho de «concentrarse y pensar» o por no estar haciendo «nada», por ejemplo al meditar o dormir: el consumo energético apenas varía. También es interesante que usarlo para ciertas cosas como pensar o procesar las señales de los sentidos (olfato, tacto, vista) requiere cantidades distintas de energía. Esto se debe a que la materia blanca (que se usa entre otras cosas para el aprendizaje) usa sólo el 20-25 por ciento de energía que la materia gris (procesamiento de información y otras tareas).
Y aunque sabemos que lo de que «sólo usamos el 10 por ciento del cerebro» es un viejísimo mito o leyenda urbana (un «neuromito», como los llaman) sí que es cierto lo de que los ajedrecistas queman muchísimas calorías durante una larga partida de ajedrez, según una vez calcularon al ritmo de unas 500 calorías cada dos horas (más o menos la mitad que los tenistas). Pero, si están sentados, ¿en qué queman esas calorías? Lo que se cree es que ese consumo es debido a otras funciones corporales asociadas al fuerte estrés que producen los enfrentamientos más competitivos. [Fuente: BrainFacts.org vía germz80. Foto: Robina Weermeijer.]