Por @Alvy — 22 de abril de 2018

Durante la II Guerra Mundial el Ministerio de Defensa del Reino Unido contrató a alguien llamado Geoffrey Tandy para ir a Bletchley Park a trabajar como criptoanalista para que ayudara a descifrar los códigos secretos de los alemanes. El problema era que el buen hombre en realidad era criptogamista (botánico especializado en la rama de la criptogamia, un tipo de plantas sin flores, como las algas) no criptogramista: se habían equivocado con el título del candidato.

No está muy claro por qué siguió allí por un tiempo, pero el buen hombre intentó ayudar en lo que pudo, aunque aquello no era lo suyo. Sin embargo en 1941 aparecieron unos papeles con códigos rescatados de un submarino alemán torpedeado. Estaban mojados y en muy mal estado, pero con lo que Tandy sabía de conservación de materiales, herbarios y preparación de algas para su estudio pudo salvarlos con ayuda del material adecuado, que consiguió de un museo. Esos papeles recuperados de la destrucción segura resultaron interesantes para el descifrado de los códigos, de modo que curiosamente Tandy pudo finalmente colaborar en el trabajo para el que había sido contratado. [Fuente: How a seaweed scientist helped win the war en el Museo de Historia Natural del Reino Unido.]

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