Todos los aerotrastornados y buena parte de las personas normales conocen el nombre de Charles Lindbergh, el primer piloto en cruzar el Atlántico en solitario.
Pero sin embargo Wiley Post es un piloto bastante más desconocido, a pesar de haber sido el primero en dar la vuelta al mundo en solitario.
Completó su hazaña el 22 de julio de 1933 tras 7 días, 18 horas y 49 minutos de vuelo, con lo que de paso se hizo con un nuevo récord de velocidad. Su ruta le llevó del campo Floyd Bennett, el primer aeropuerto municipal de Nueva York, a Berlín, Königsberg, donde tuvo que parar porque se había olvidado de algunos mapas, Moscú, Novosibirsk, Irkutsk, Rukhlovo, Khabarovsk, Flat, Fairbanks, Edmonton, y de nuevo Nueva York.
Su avión era un Lockheed Vega 5C bautizado como Winnie Mae al que se le habían instalado un rudimentario piloto automático que hubo que reparar en Berlín, Moscú e Irkutsk, y un radiogoniómetro; de este modo Post podía prescindir de copiloto.
El Winnie Mae en el Museo Nacional del Aire y el Espacio
Panel de instrumentos del Winnie Mae – Museo Nacional del Aire y el Espacio
Post había establecido el récord del mundo de velocidad para una vuelta al mundo en ese mismo avión en 1931, aunque con Harold Gatty como navegador, dejándolo en 8 días, 15 horas y 51, pulverizando el récord de 21 días hasta entonces en poder de Hugo Eckener a los mandos del Graf Zeppelin.
Fue, junto con Russell S. Colley de B.F. Goodrich, el creador del primer traje presurizado verdaderamente útil, y el descubridor de las corrientes en chorro durante sus vuelos a gran altitud.
Murió el 15 de agosto de 1935 mientras intentaba abrir una ruta entre los Estados Unidos y Rusia al estrellarse su hidroavión debido a un fallo del motor en el momento del despegue.