Por Nacho Palou — 10 de noviembre de 2007
En 1975 Alex Mitchell de Inglaterra, tras pasar veinticinco minutos riéndose a carcajadas con un episodio de The Goodies se murió en el sofá de su casa, según contó su viuda. Al parecer el exceso de risa le había causado un ataque al corazón.
Este es uno de los pocos casos documentados de gente que ha muerto de risa.