Por Nacho Palou — 9 de febrero de 2016

En The Guardian, A sigh's not just a sigh - it's a fundamental life-sustaining reflex,

Según explican los investigadores en la revista Nature, dos pequeños grupos de células nerviosas en el tallo del cerebro —la región que se encarga de la respiración, el sueño y de regular el ritmo cardíaco— son los que orquestan los suspiros. El suspiro se dispara como respuesta inconsciente cuando es necesario inflar los alvéolos, los millones de diminutos sacos contenidos en los pulmones —a través de los cuales entra el oxígeno al cuerpo y también sale el dióxido de carbono— los cuales a veces se colapsan.

Suspiramos no menos de una docena de veces cada hora en un acto reflejo que tiene la finalidad de mantener los pulmones funcionando correctamente. Así que la mayoría de los suspiros no tienen que ver con sentimientos como la melancolía, el enamoramiento o la frustración y en cambio sí tienen que ver con no morirse.

Los investigadores no dan respuestas concretas sobre la relación entre los suspiros y los sentimientos pero admiten que «algunos suspiros están relacionados con el estado emocional. Por ejemplo, cuando se está estresado se suspira más; tal vez algunas emociones liberan neuropéptidos del suspiro, pero no lo sabemos».

Curiosamente, buscar por qué suspiramos en Google provoca incontables suspiros de exasperación.

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