Lo explica Greg Foot en Why does your voice sound different on a recording?, pero por si quieres ahorrarte los subtítulos automáticos traducidos por Skynet Google, aquí va un resumen.
Al oír nuestra propia voz el sonido que percibimos como vibraciones a través del aire mezcla con las vibraciones que nuestras cuerdas vocales transmiten a nuestro cráneo, vibraciones que al viajar por este bajan de frecuencia, con lo que la mezcla que oímos tiene un tono más bajo que nuestra voz real.
Por eso nuestra voz nos suena tan rara –generalmente más aguda– cuando la oímos grabada…
Aunque todo el mundo, salvo nosotros mismos, está acostumbrado a que nuestra voz suene así, con lo que tampoco les extraña nada.
Bueno, al menos no mucho.
Espero.
(Vía @irreductible).