Por Nacho Palou — 24 de noviembre de 2009

La precisión necesaria para que funcione una impresora de inyección de tinta es equivalente a tirar una uva desde lo alto de un edificio de 30 pisos y que entre en un cubo colocado en la acera. Y repetirlo 36.000 veces cada segundo. Cada gota viaja a 50 km/h y para imprimir una fotografía de tamaño corriente (10 x 15 cm) hacen falta unas 35 millones de gotas del que, por otro lado, es es uno de los líquidos más caros del mundo.

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